Santo Domingo.- En el proyecto de reformulación del presupuesto general de la nación correspondiente a este año, el Gobierno no solo aumentó su estimación de ingresos y de gastos, con lo que también subió su déficit fiscal estimado; también dispuso un incremento en la cantidad de proyectos de inversión para proyectos específicos, que se contratan con deudas.
De manera específica, el presupuesto de este año establecía la cantidad de 36 proyectos de inversión a ser financiados por distintos organismos crediticios internacionales por un monto de US$5,172.1 millones.
Sin embargo, en el presupuesto reformulado, que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados y está pendiente de ser convertido en ley por el Senado, se excluyó uno de los proyectos de inversión, a otro fue aumentado de US$150 millones a US$250 millones, mientras se agregaron otros siete préstamos para inversiones adicionales en obras.
Así, la cantidad de proyectos de préstamos subió a 42, por un monto total de US$6,528.5 millones, es decir, un incremento absoluto de US$1,356.4 millones (26.2%).
Proyectos específicos
Cada vez que el Gobierno somete el proyecto de presupuesto para el año siguiente establece una estimación de ingresos y otra de gastos. Si sus gastos superarán los ingresos, que es lo que siempre ocurre, la diferencia, que es el déficit fiscal, se cubre con deuda.
En forma adicional, se toma prestado para amortiguar los vencimientos de deudas vigentes. Por ejemplo, este año 2023 la estimación de déficit fiscal era de RD$207,000 millones, mientras que para cubrir vencimientos de deuda se requerían poco más de RD$155,000 millones, lo cual indica que la contratación de deuda para ambos renglones sería de alrededor de RD$363,000 millones.
Sin embargo, aunque en el presupuesto reformulado esa estimación varía, los contratos de deuda que cubren déficit fiscal y amortiguan deuda vigente se mantienen, pero con montos distintos hacia arriba o abajo.
El punto es que, en forma adicional a esos compromisos de deuda, el Gobierno también incluye en el presupuesto una cantidad determinada de proyectos de inversión específicos que son cubiertos con “operaciones de créditos a contratar autorizadas”, las cuales no se computan de inmediato como incremento de la deuda del sector público no financiero, debido a que los desembolsos no se producen de inmediato.
Positivo y negativo
La parte positiva de los proyectos de inversión específicos es que se trata de deuda para obras previamente identificadas que, generalmente, tienen tasa de retorno, económico y social.
Esto así, porque son para obras de infraestructura como acueductos, ampliación de la línea del metro, alcantarillados, mejora de redes de distribución eléctrica, viviendas para personas en zonas vulnerables, así como planes de modernización del Estado, entre otras iniciativas.
Además, otra ventaja que tienen esos proyectos es que son financiados por organismos internacionales o gobiernos amigos, lo cual implica mayor transparencia en los procesos de contratación, pues previo a la firma de cada convenio se deben hacer los estudios correspondientes para determinar la forma en que cada obra sería ejecutada, tiempo estimado de construcción y objetivos específicos.
Otro aspecto positivo es que se computa como deuda en la medida en que se van desembolsando los recursos, ya que no se hace un desembolso inmediato del dinero contratado, como ocurre con los bonos soberanos, donde el Gobierno obtiene los fondos desde que hacer la emisión de la deuda.
Pero no todo es positivo. La parte negativa es que muchos de esos proyectos, si bien son aprobados en el Congreso Nacional, no llegan a ejecutarse o se ejecutan a medias y no se obtiene una obra completamente acabada para el provecho de la ciudadanía y del propio Gobierno.
Otra desventaja es que, aunque se realice la obra, como quiera se trata de deuda adicional. En este año, por ejemplo, el monto total de los 36 proyectos iniciales era de RD$5,172.1 millones, mientras que ahora la deuda total a contratar pasará a RD$6,528.5 millones.
Algunos economistas consideran que esas obras específicas con financiamientos bien pudieran ser construidas con recursos propios del Estado. También se plantea que el déficit fiscal del Gobierno, en lugar de surgir como una necesidad para gastos corrientes, sea específicamente para obras de infraestructura, de forma que cuando el Congreso apruebe más deuda, se sepa en qué se va a invertir cada centavo de lo contratado y no que sea solo para “cubrir déficit”.
Diferencias
Entre los 36 proyectos de inversión específicos había uno por US$216.8 millones que sería para construir una planta de tratamiento de aguas residuales en Santiago, pero fue sacado de la lista en el presupuesto reformulado. Además, el proyecto para el Plan de Manejo de la Cuenca del Río Yuna fue aumentado de US$150 millones a US$250 millones.
En tanto, los siete proyectos adicionales son para el Desarrollo Integral del Puerto de Haina, Ampliación del Transporte de la Línea 2 del Metro de Santo Domingo, Ampliación del Acueducto Barrera Oriental de Salinidad, Mejoramiento Agrícola de la Cadena de Valor Alimentaria, Plan de Conectividad y Transformación de Infraestructura Vial, Construcción de Ecoviviendas y Verja Perimetral Fronteriza República Dominicana-Haití.
Esteban Delgado / El Dinero