Santo Domingo, R.D.- Si. Hoy los periodistas deberíamos vestir de luto, en honor y memoria de los periodistas que ejercieron y han ejercido el periodismo con honestidad, recalcando los valores, en defensa de la democracia dominicana y de los buenos principios de las familias.
Pero también, por la tristeza que embarga el quehacer del y las periodistas o comunicadores “enganchados”, que han desprestigiado el quehacer del periodismo, cuando debe ser un sacerdocio de compromiso con la verdad, el rescate de los valores y por el bienestar de la información veraz y objetiva.
En nombre de la apertura del Internet y la creación de las redes sociales, se ve, se siente y trasciende una comunicación sin valores, con promiscuidad, lenguaje soez y temas triviales que en nada agregan valor a la vida de los mismos emisores de esos mensajes y de los dominicanos.
Figuras como Rafael Herrera, German Emilio Ornes, Radhames Gómez Pepín, Mario Álvarez Dugam, entre otros tantos, junto a los mártires de la prensa dominicana, deben estar anhelando una resurrección para ver si su legado puede rescatarse en la sociedad dominicana.
Bolívar Diaz Gómez, Bienvenido Álvarez Vega, Huchi Lora, Persio Maldonado, Jose Monegro y otros tantos referentes del periodismo honesto y decente, deben estar angustiados por la forma baja con la que se está ejerciendo un periodismo o comunicación, con figuras que incluso, son referentes inadecuados de la juventud dominicana, que escenifican pronunciamientos viles, bajos, chabacanos e incluso, riñas en el mismo escenario de los medios de comunicación, con agresiones verbales y físicas, que marcan muy bien su formación, educación y valores.
¡Da pena! El periodismo dominicano debe de estar de luto. Y sin esperanza, porque no hay régimen de consecuencias y con leyes obsoletas en la comunicación para una correcta aplicación en los nuevos tiempos.